Su historia para mi:
Para mi tener un willys original
siempre fue un sueño. Junto con mi padre y mi hermano compartimos el sueño de
poder reconstruir o armar un vehículo de
éstos, y este sueño se empezó a
materializar cuando a él lo agredió sin
aviso alguno un infarto al corazón en
Marzo de 2010; solo hasta ese momento descubrí
que la vida se puede ir en
cualquier momento. Por vía de la reflexión
concluí que hay que
aprovechar las posibilidades que nos
ofrece la vida, al máximo. Y que los
sueños hay que intentar cumplirlos, y fue así cuando en uno de esos sombríos
días cuando iba camino a la clínica a visitarlo, me encontré por causalidad con
un “ Eugenio”, y aunque estaba
totalmente deteriorado y le
faltaban muchas de sus partes, pensé que
si se restauraría, ello equivaldría a resucitarlo; era la oportunidad que
inconcientemente estaba esperando, y ahí
estaba. Ante ésta señal se me estaba indicando que era la oportunidad y no podía
desaprovecharla, y que para mi papa sería
muy bonito encontrarse de frente con el jeep cuando regresara a casa. Las cosas
se dan de esta forma, y en honor a mi
padre empecé con su restauración, que me toma casi 3
años, pues es un vehiculo con demasiados
detalles y si quería algo original, debería fijarme en todos ellos.
Las piezas y repuestos no fueron fáciles de conseguir, incluso debimos acudir al mercado
Norteamicano, y de allí proviene la gran mayoría de piezas lo importante fue
que se logró conservar toda su
originalidad, pudiendo hoy afirmar que éste jeep es
realmente un sobreviviente de
guerra. El número de serial que esta
impreso en su motor, el MB438319, corresponde a un vehículo mejor
puesto en marcha el 5 de febrero de 1945.
En Septiembre del año pasado ,
junto con la mujer que amo , hablamos de
la posibilidad de realizar éste sueño: Viajar por sudamerica y qué mejor que hacer una mezcla de ilusiones realidad, y realizar el viaje a bordo del tan
anhelado willys, vehiculo
que por esos días estaba a punto
completar su restauración, es decir, prácticamente resucitado. Sin
pensarlo mucho tomamos la decisión de hacer el viaje a bordo de” Eugenio”.
Restaurado por mi y en honor a mi viejo
JULIAN RODRIGUEZ
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