TRAYECTO POPAYAN PASTO
kilometros recorridos 220km
Camino Popayan pasto, sin conocer la
carretera arrancamos a las 12 dia con la idea de llegar a pasto, a eso de las 5
de la tarde decidimos seguir nuestro trayecto aunque nos había recomendado
hacer el viaje haciendo una escala a mitad de la carretera, pero la emoción de
llegar nos pudo y seguimos nuestro viaje, todo estaba perfecto; el clima los
paisajes y de repente Eugenio empieza a fallar. Al parecer estaba cansado y no
quería andar más; el problema fue que estábamos en el medio de la nada, sin
ningún pueblo o caserío cerca. En la orilla de la carretera y ya empezaba a
anochecer.
Juli hizo su mayor esfuerzo tratando de mirar cual era el daño
de Eugenio para continuar el camino, pero todo fue en vano, asi que no teniendo
ninguna otra opción decidimos pasar la noche al lado de la carretera y
esperar que amaneciera.
Una noche larga y ruidosa, asustados por el ruido de los carros y con la incertidumbre de no saber si lo de Eugenio era grave, y sin saber si necesitaríamos una grúa para poder llegar a pasto. Uno de los mayores temores fue que un nativo estuvo preguntándonos los precios de las cosas que llevábamos la verdad pensamos que nos querían robar, pero al otro dia nos dimos cuenta que estamos equivocados, nos querían era ayudar.
Una noche larga y ruidosa, asustados por el ruido de los carros y con la incertidumbre de no saber si lo de Eugenio era grave, y sin saber si necesitaríamos una grúa para poder llegar a pasto. Uno de los mayores temores fue que un nativo estuvo preguntándonos los precios de las cosas que llevábamos la verdad pensamos que nos querían robar, pero al otro dia nos dimos cuenta que estamos equivocados, nos querían era ayudar.
Llamamos a Pacho uno de los mecánicos que nos ayudó a preparar el carro para el
viaje y según los síntomas nos dijo que era muy posible que el empaque de la
culata se hubiera quemado.
Amaneció y ya estábamos despiertos sin
haber descansado bien, decidimos
ponernos manos a la obra y arreglar a Eugenio nosotros mismos , con suerte teníamos un
empaque de repuesto, sin las
herramientas indicadas y únicamente con una llave y un destornillador para
realizar el cambio de empaque empezamos con nuestra taera, y aunque hubo momentos
que casi nos dimos por vencidos logramos hacerlo, recibimos indicaciones por teléfonicas de nuestro amigo
Pacho desde Bogota , uno de los problemas era que no teníamos lijas para
remover rastros del empaque dañado, con suerte Loretenía limas para las uñas y
fuelo que utilizamos para dicha labor., después de haber dejado la culata como
un espejo; colocamos el nuevo empaque y con mucho esfuerzo fuimos ajustando
cada una de las 15 tuercas. Con la incertidumbre de saber si fue valioso nuestro tiempo
cruzamos los dedos y encendimos el motor.
Fue uno de los momentos mas emocionantes de todo el viaje, después de 5
horas trabajo Eugenio prende y funciona sin problemas, En medio de nuestra
aventura, con sorpresa las personas que pensamos que nos iban a robar
estuvieron pendientes , nos ofrecieron desayuno y hasta mangos nos regalaron.
Muchas enseñanzas quedan de nuestra
historia, primero no debemos hacer viajes tan largos ya que es normal que Eugenio por su avanzada edad se canse y para
evitarlo debemos hacer trayectos mascortos , segundo debemos cargar siempre con
un empaque de repuesto que esperamos conseguir en pasto y tercero nunca debemos
pensar mal de gente que nos encontramos en el camino pues sin esperarlo te
pueden brindar ayuda. En la tarde llegamos a Pasto cen donde
que fuimos recibidos por 2 integrantes del club de autos clásicos de
pasto, Jaime y Gilberto, personas que
nos invitan a conocer la ciudad. En la noche fuimos invitados a la casa de
Gilberto que muy agradado escucha nuestra historia, y nos da algunos tips para
nuestro nuestro próximo trayecto.... pasar la primera frontera, El Ecuador.
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